Fundación de Irapuato, Guanajuato
- Celeste Villalobos
- 15 feb
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Irapuato, Guanajuato, fue fundado el 15 de febrero de 1547 por órdenes del virrey Antonio de Mendoza. Su establecimiento se dio en un contexto de expansión española en el Bajío, con el objetivo de asegurar una ruta de comunicación segura entre la Ciudad de México y las minas de Zacatecas. La fundación de la villa se llevó a cabo en tierras fértiles y estratégicamente ubicadas, lo que facilitó su desarrollo económico y su consolidación como un centro agrícola.
Antes de la llegada de los españoles, el territorio de Irapuato estaba habitado por grupos chichimecas y purépechas. Los purépechas, con un sistema de organización más estructurado, utilizaban la zona para el comercio y la agricultura, mientras que los chichimecas, de carácter nómada, se resistieron a la colonización española. La evangelización y la implementación de reducciones indígenas fueron estrategias clave para pacificar la región y consolidar el dominio español.
La introducción de nuevas técnicas agrícolas y la domesticación de la tierra permitieron la producción a gran escala, convirtiendo a la ciudad en un punto clave para el abastecimiento de las rutas comerciales coloniales. Con el tiempo, Irapuato se consolidó como un importante centro agrícola, destacando en la producción de trigo, maíz y frutas, siendo las fresas el producto más emblemático en la actualidad.
No obstante, la fundación de Irapuato no estuvo exenta de conflictos. La resistencia de los grupos chichimecas fue una constante en la región, lo que obligó a los colonos españoles a implementar estrategias de pacificación, como la evangelización y el mestizaje. A pesar de estos desafíos, la consolidación del asentamiento fue exitosa, y con el tiempo, la ciudad se convirtió en un centro de desarrollo económico y cultural en el Bajío.