El Misterio del Cerro del Púlpito
- Celeste Villalobos
- hace 3 días
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Cuenta la tradición que, hace muchos años, un sacerdote llegó a una comunidad tarahumara con la intención de evangelizar a sus habitantes. Era un hombre severo, que insistía en que la única forma de salvarse era abandonar las costumbres ancestrales y seguir la religión cristiana.
Un día, subió a lo alto del cerro para predicar desde ahí, como si aquel púlpito natural fuera un altar enviado por Dios. Desde esa altura, el sacerdote gritaba sermones y amenazas de castigo divino, mirando con desdén a la gente del valle.
Pero los dioses antiguos de los rarámuri, molestos por su arrogancia y falta de respeto, decidieron intervenir. El cielo se cubrió de nubes y un rayo cayó directamente sobre el sacerdote. Al instante, el hombre desapareció, y lo único que quedó fue la silueta de una figura tallada en la roca, parecida a un hombre de pie con los brazos levantados.
Desde entonces, se dice que esa figura es el eco de aquel misionero castigado, y que en ciertas noches, cuando hay tormenta, se pueden escuchar sus sermones lejanos en el viento. Los ancianos rarámuri aseguran que es un recordatorio de que no se debe imponer la fe con violencia ni orgullo.