Carnaval de Binche en Bélgica
- Celeste Villalobos
- 14 ene
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El Carnaval de Binche, celebrado en Bélgica, es una tradición fascinante con raíces que datan del siglo XIV y que ha sido reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad desde 2003. Este evento, único en su tipo, tiene como protagonistas a los Gilles, personajes emblemáticos que desfilan por las calles de la ciudad portando máscaras de cera y vistiendo trajes decorados con motivos simbólicos en colores amarillo, rojo y negro, que reflejan los colores de la bandera belga.
El momento más esperado del carnaval ocurre el Martes de Carnaval, cuando los Gilles, adornados con sombreros de plumas de avestruz, lanzan naranjas al público. Este gesto no es un simple acto de diversión, sino un símbolo de buena suerte y prosperidad. Aunque a simple vista puede parecer un detalle pintoresco, devolver una de estas naranjas al Gille sería considerado una falta de respeto.
Los orígenes de esta festividad están envueltos en un halo de misterio y mezcla cultural. Algunas teorías sugieren que los Gilles representan a los Incas sudamericanos, una idea posiblemente influenciada por las celebraciones que siguieron a las conquistas españolas en el Nuevo Mundo. Esta conexión añade una capa de complejidad histórica a la tradición, mostrando cómo las culturas pueden entrelazarse y transformarse a lo largo del tiempo.
Lo que hace aún más especial al Carnaval de Binche es su carácter exclusivo. Solo los hombres nacidos en Binche, o quienes han vivido allí por largos años, pueden participar como Gilles. Además, las reglas que rigen su papel son estrictas: una vez disfrazados, no pueden abandonar el desfile ni sentarse hasta que concluye la celebración.
Más allá del espectáculo visual y las curiosidades culturales, este carnaval es un claro ejemplo de cómo las comunidades pueden preservar su identidad a través de tradiciones que trascienden generaciones. En cada naranja lanzada, cada tambor resonante y cada máscara que oculta un rostro, se manifiesta la esencia de Binche y su legado.
